Control parental: la seguridad va más allá de una herramienta

control parental

Hoy en día casi todos los dispositivos tecnológicos llevan incluida la herramienta de control parental. Y si no es así, en el caso de ordenadores, smartphones o tabletas, siempre contamos con la posibilidad de utilizar antivirus o descargarnos apps o programas que cumplen esa función. Pero, ¿debemos jugarnos toda la seguridad online de nuestros hijos a una sola herramienta? ¿Nos hemos acomodado al tener y experimentar una falsa sensación de seguridad?

Todo al control parental

El control parental es una herramienta disponible en dispositivo tecnológicos, antivirus y apps que nos permite «controlar» la actividad de nuestros hijos en éstos dispositivos a través de la limitación de acceso a determinados contenidos. Esto se realiza gracias a unos sistemas de bloqueo que impiden que el usuario pueda entrar en webs o apps que los padres consideramos no recomendables para ellos, como pueden ser las páginas pornográficas, los casinos online o determinados foros para mayores de edad.

Desde su creación, los sistemas de control parental han ido ganando cada vez mayor peso, especialmente en ordenadores y smartphones, donde los padres han confiado a ellos gran parte de la seguridad de sus hijos en los entornos online, hasta el punto de despreocuparse por la relación de éstos con la tecnología, escudados en una sensación de «falsa seguridad», como si con el control parental activado sus hijos estuviesen completamente a salvo de todo.

No hay mejor control parental que los padres

Reciéntemente, en Tacatá Comunicación hemos tenido la posibilidad de entrevistar a Susana Lluna y a Enrique Dans, coordinadora y prologuista, respectivamente, del libro colaborativo ‘Los nativos digitales no existen’. En las conversaciones que mantuvimos con ellos, ambos nos pusieron en entredicho este tipo de herramientas que, sin bien pueden resultar útiles, no son perfectas: en primer lugar porque pueden ser desactivadas; en segundo término porque no están libres de error; y en último lugar porque los sistemas de control parental pueden no estar activos en las casas de otros familiares y amigos.

Dicho esto, como los dos expertos en comunicación digital nos comentaron, no hay mejor herramienta de control parental que nosotros, los padres. Y nos lo argumentaron con un sencillo ejemplo: ¿Dejarías que tu hijo saliera por primera vez a la calle solo? La respuesta es obvia. No. Antes de dejar que su hijo salga solo a la calle un padre lo hace con él, en repetidas ocasiones, y le va explicando normas básicas de seguridad como no cruzar el semáforo en rojo o no irse con extraños. ¿Por qué no hacemos lo mismo en internet? ¿Por qué les dejamos solos en un mundo virtual, tan lleno de peligros como el real, sin acompañarles antes, sin hacerles partícipes de los riesgos?

control parental_ herramientas

Más que el control parental, hoy en día hace falta la presencia parental, la figura del padre o la madre acompañando a sus hijos en la navegación por la red, entrando sin querer a páginas no recomendables y explicándoles por qué no lo son. Así, si alguna vez se topan con ellas, si en casa de un amigo no hay control parental y acceden a contenido no deseado, no les pillará de sorpresa y sabrán, de nuestra voz y experiencia, por qué deben salir de ellas y a qué riesgos se exponen si no lo hacen.

Como nos decía Enrique Dans en la entrevista que le hicimos en Madresfera, «prefiero mil veces a un niño que busca fotos de perritos en Google y le aparece la postura del perrito y se levanta y pregunta «papá, ¿esto qué es?», que un niño que un día sale de su ordenador protegido y se encuentra totalmente indefenso ante estas imágenes y contenidos».

Ejerzamos como padres. También en la red.

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